La mayoría de los padres haría cualquier cosa para salvar la vida de su hijo. Jasmine Eskew, cliente liberada del MTIP, estaba haciendo exactamente eso cuando el estado de Montana sentó las bases para su condena injusta.
La llamada al 911
El 18 de septiembre de 2012, Eskew, de 21 años de edad en ese momento, llamó al 911 en Great Falls, Montana, para informar que su pequeña hija, Brooklynn, no respiraba. El novio de Eskew, Greg Robey, fue visto saliendo de la residencia cuando llegaron los paramédicos.
Al no mostrar ninguna lesión visible, los médicos sospecharon que Brooklynn padecía el síndrome del bebé sacudido (SBS), que ahora se conoce más comúnmente como traumatismo craneal por abuso (AHT). Eskew fue llevado inmediatamente a la comisaría para ser interrogado.
Síndrome del bebe sacudido / traumatismo cranial por maltrato
SBS/AHT, es un diagnóstico médico-legal en bebés y niños pequeños definido por una tríada de síntomas: inflamación cerebral, hemorragias subdurales y hemorragias retinianas. Alguna vez se pensó que estos síntomas eran causados por padres que sacudían violentamente a sus bebés, pero investigaciones han mostrado que esto era y sigue siendo una hipótesis no probada.
SBS/AHT no fue revisado por una agencia científica independiente hasta 2016. La revisión encontró evidencia de que SBS/AHT era “insuficiente”. El informe señala que sería “incompatible tanto con los deberes profesionales de los médicos como con las normas relativas a la habilitación legal” concluir definitivamente que un niño fue sacudido cuando se presenta la tríada de síntomas.En resumen, no hay forma de determinar si la tríada de síntomas es causada por un temblor o algo diferente, como una caída accidental o un problema médico orgánico. Además, probar realmente la hipótesis SBS/AHT requeriría sacudir a los bebés, lo que probablemente nunca sería permitido por una junta de revisión ética.
Confesión forzada
El interrogatorio de Eskew duró cuatro horas. Los oficiales dijeron que necesitaban una descripción precisa de lo que ocurrió para poder informar a los médicos. Eskew les dijo repetidamente a los detectives que no sacudió a Brooklynn. Sin embargo, los detectives continuaron diciéndole a Eskew que cuanto antes dijera la verdad, antes recibiría Brooklynn la atención médica adecuada, insinuando que Brooklyn podría morir si Eskew no confesaba falsamente haberla sacudido.
Los oficiales le dijeron a Eskew que ella era la “única” que podía ayudar a Brooklynn y que al no darles las respuestas que querían, estaba “dañando” a Brooklynn. En este punto, Eskew mantuvo la verdad: notó que Brooklynn estaba angustiada y llamó al 911 después de no poder consolarla meciéndola.
Eventualmente, los oficiales le dieron a Eskew una muñeca para demostrar cómo sacudía a Brooklynn. Eskew meció a la muñeca. Pero los oficiales le exigieron que siguiera haciéndolo de manera diferente y que “hiciera que la cabeza de la muñeca se meciera”. Eskew, después de cuatro horas, sucumbió a las tácticas coercitivas. Ella sacudió la muñeca y les dijo que sacudió a Brooklynn de la misma manera.
La detención
Eskew finalmente fue arrestada luego de la confesión forzada y nunca volvió a ver a su hija con vida. Dos días después de la llamada al 911, Brooklynn murió en un hospital en Spokane, Washington. La causa de la muerte fue un traumatismo contundente en la cabeza. La tomografía computarizada reveló una fractura de cráneo en forma de un agujero circular. Eskew fue acusado de homicidio deliberado y agresión grave a un menor.
El abogado litigante de Eskew intentó suprimir la confesión, argumentando que fue bajo coacción. El juez de distrito del condado de Cascade, Dirk Sandefur, descubrió que los oficiales le mintieron deliberadamente a Eskew para obtener su confesión. A pesar de esto, la moción fue denegada y la confesión fue presentada en el juicio. Según el juez Sandefur, los oficiales solo mintieron cuando le dijeron a Eskew que la entrevista era necesaria para obtener información para tratar a Brooklynn y que Eskew se reuniría con su hija tan pronto como terminara el interrogatorio.
El juicio
Eskew fue a juicio en marzo de 2014. La fiscalía se basó en la confesión forzada para demostrar que Brooklynn murió de una fractura de cráneo que resultó en un hematoma subdural.
La defensa argumentó que Robey fue responsable de la muerte de Brooklynn. Robey estaba cuidando a Brooklynn horas antes de que Eskew se diera cuenta de que no respiraba y la lesión en la cabeza coincidía con el anillo de Robey. La defensa también presentó evidencia de que Robey tuvo un pasado abusivo. Eskew, que había dado a luz a gemelos antes del juicio, dijo que el embarazo fue el resultado de que Robey la violó el día que Brooklynn resultó herido. La defensa intentó llamar a un perito en confesiones falsas, pero el juez Sandefur no permitió el testimonio.
El veredicto
El 1 de abril de 2014, el jurado encontró a Eskew no culpable de homicidio doloso pero sí culpable de agresión a un menor. Fue sentenciada a cinco años de prisión y cumplió tres antes de que se anulara su condena y se retiraran los cargos.
Nuevo juicio sin la confesión
El Defensor de Apelaciones de Montana apeló la condena de Eskew, alegando que el juicio fue injusto porque no pudo presentar un testigo experto en confesiones falsas y que la confesión nunca debería haberse presentado. El Innocence Project y el MTIP presentaron escritos amicus en apoyo de Eskew. En febrero de 2017, la Corte Suprema de Montana revocó la condena de Eskew y le concedió un nuevo juicio sin confesión.
“Según nuestra revisión del expediente, estamos firmemente convencidos de que se ha cometido un error”, sostuvo el tribunal. “Las confesiones o admisiones como las de este caso, inducidas por coacción psicológica deliberada, mentiras y tergiversaciones materiales al sospechoso son no es voluntario y debe ser excluido de la prueba.”
El Estado desestimó los cargos
Eskew fue liberado el 14 de marzo de 2017 y la fiscalía desestimó el cargo dos semanas después.